Nota de la editora: Información copiada del sitio solociencia.com
(NC&T) Como el agua agitada es más oscura que el agua tranquila, aparece un contraste entre el agua oscura y rugosa de la ola y el agua clara y lisa a ambos lados de ella. La rugosidad del agua de la superficie marítima proporciona un buen indicador de la fuerza real del tsunami a lo largo de todo su borde delantero.
"Ésta es la primera vez que podemos ver la propagación de los tsunamis de este modo en mar abierto", subraya el autor principal del trabajo, Oleg Godin, del Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Medioambientales (CIRES), en Boulder, Colorado, y del Laboratorio de Investigación de Sistemas de la Tierra, de la NOAA.
La nueva investigación desafía la creencia tradicional de que los tsunamis en mar abierto son demasiado sutiles como para ser notados en la superficie. Los resultados confirman una teoría, desarrollada por Godin y presentada en 2002, que sostiene que los tsunamis en el océano profundo pueden ser detectados de manera remota mediante los cambios en la rugosidad de la superficie marítima.
En 1994, se captó la sombra de un tsunami en un video grabado desde la orilla, momentos antes de que la ola golpeara a Hawái. Aquella observación y la documentación escrita anterior sobre una sombra que acompañó al mortal tsunami del 1 de Abril de 1946, inspiraron a Godin a desarrollar su teoría. Él pudo poner a prueba la teoría durante el mortal tsunami del 26 de diciembre de 2004 en el Océano Índico, resultado del terremoto de Sumatra y Andamán.
El paso del satélite Jason-1 sobre el tsunami de Sumatra-Andamán. (Foto: NOAA)
Godin y sus colegas analizaron las mediciones de altura del tsunami de 2004 provenientes del satélite Jason-1 de la NASA. Los datos aportaron evidencias claras de una mayor rugosidad de la superficie marítima a lo largo del borde delantero del tsunami según se movía por el Océano Índico entre dos y seis grados de latitud sur.
Los tsunamis pueden ser detectados de varias formas. Un método de detección utiliza un sistema de boyas que advierte a las comunidades costeras de que se aproxima un tsunami.
Un segundo método utiliza altímetros ubicados en satélites para detectar desde el espacio los tsunamis mediante la medición de pequeños cambios en la altura de la superficie del mar. Hay muy pocos de estos instrumentos en órbita y las observaciones están limitadas a lugares específicos.
El nuevo estudio presenta un tercer modo de detectar tsunamis, mediante los cambios de la textura del agua de la superficie en una región grande de mar abierto.
martes, 11 de agosto de 2009
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