domingo, 7 de octubre de 2007

"Che" histórico, el místico y el comercial conviven en Vallegrande

(Nota de la editora: Crónica tomada del periódico digital 7dias.com.do)
Por Javier Aliaga

VALLEGRANDE (Bolivia), 7 oct (EFE).- Las tres caras del guerrillero argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara, la histórica, la mística y la comercial, conviven hoy en Vallegrande, donde se conmemoran los 40 años de su muerte en estas tierras del sureste de Bolivia.

Desde hace días "guevaristas" de varios países están reunidos en esta población situada a 779 kilómetros de La Paz, para ratificar su admiración por el icono guerrillero que en octubre de 1967 fue derrotado y asesinado por el Ejército de Bolivia, ayudado por agentes estadounidenses.

Vallegrande, que habitualmente vive el sopor típico de los pueblos de Bolivia, ha resucitado con la presencia de los seguidores del "Che", cuya imagen preside foros políticos, unos formales y otros nostálgicos.

El muy publicitado rostro del "Che" se materializa en carteles, camisetas, cigarreras y tazas, pero algunos también le prenden velas, como a un santo.

En las calles de esta pequeña localidad, de apenas 7.000 habitantes, incluso se venden pequeños frascos que supuestamente tienen la "tierra que pisó el Che" durante su marcha guerrillera de 1966 y 1967, cuando pretendía crear "uno, dos, tres Vietnam", comenzando en Bolivia.

Casi nadie escapa a la dinámica económica de esta feria de los sentidos para los seguidores del rebelde, e incluso los testigos de sus últimos días con vida en la zona, tanto reales como presuntos, piden pequeñas propinas a los informadores para desgranar sus viejas historias.

Guevara fue capturado en la llamada quebrada del Churo el 8 de octubre de 1967, asesinado un día después en el caserío de La Higuera, a unos 60 kilómetros de Vallegrande, y su cuerpo trasladado en los patines de un helicóptero hasta este lugar para ser exhibido como escarnio.

Cuarenta años después de aquellos violentos sucesos, su imagen sigue siendo motivo de culto en Bolivia, donde sus restos estuvieron enterrados en secreto durante treinta años, hasta su descubrimiento en 1997 en la pista área de Vallegrande, junto con los de otros guerrilleros.

El periodista boliviano Carlos Soria Galvarro, quien hizo una de las mayores recopilaciones de documentos sobre el "Che", y que llegó este fin de semana a Vallegrande para presentar sus libros, explicó a Efe que se puede hablar de un "Che histórico" y de un "Che mítico".

Paradójicamente, según Soria Galvarro, fueron los militares bolivianos quienes alimentaron esa segunda imagen del combatiente al cercenarle las manos, exhibir su cadáver y luego ocultar sus restos durante tres décadas.

También contribuyeron la celebre fotografía del rostro del guerrillero que le tomó en vida Alberto Korda en 1960, así como la de su cadáver, tendido sobre la lavandería de un hospital, con los ojos abiertos, del boliviano Freddy Alborta.

"En alguna parte de esta región el mito también se alimenta de creencias religiosas, cuando se le pone una vela a la almita del 'Che' para pedirle favores", dijo Soria Galvarro.

El senador boliviano Antonio Peredo, cuyos hermanos menores Coco e Inti combatieron junto al Che en esta zona, declaró a Efe que, además de los aspectos históricos, míticos y religiosos, Guevara aún vive "en la lucha por la liberación de los pueblos, por la construcción de un hombre nuevo".

Peredo reconoce que los mitos no tienen límites, porque un dentista en La Paz asegura que tiene una muela del "Che", otra persona jura que le dejó su maletín de médico, una más dice que le alquiló una casa y que pagaba puntualmente el alquiler, y un médico de la ciudad amazónica de Trinidad se ufana de que operó junto a Guevara.

"El mito pasa a ser parte de esa historia porque refleja ese sentimiento de relación de la gente con un hombre de la altura del 'Che'", explicó Peredo, político cercano al presidente boliviano, Evo Morales, cuya visita a Vallegrande está prevista para mañana.

También hay quienes, en medio de la vorágine publicitaria y comercial de estas fechas alrededor del "Che", dicen que callan para no contribuir al deterioro de su imagen, aunque le ratifican su devoción.

"Ernesto se me reveló una noche. Me dijo: 'Dora cállate, no hables más'. Eso por el negocio que se está haciendo con la vida de este hombre", dijo Dora Cárdenas, vallegrandina que solía dar entrevistas sobre su culto religioso al "Che", pero ahora las rechaza.

En otra vereda está la joven universitaria argentina Florencia Dahbar, de 18 años, que opina que ver al "Che" como algo excepcional, "como un Robin Hood", es ir contra su pensamiento y sacarlo de la realidad.

"Lo que tenemos que hacer es bajarlo a la realidad y pensar que fue un hombre común, como nosotros, con un compromiso real con los pueblos, y no creer que fue un romántico o un aventurero", apuntó esta joven que estudia medicina, como en su tiempo el "Che".

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