martes, 7 de julio de 2009

Crisis de valores

Nota de la editora: Texto copiado de La Flecha, diario de ciencia y tecnología.

La solución comienza por cada uno de nosotros, luego, la crisis es... de valores.
02 Jul 2009

Mariano Tamagnini, Coach Personal

Cuenta un conocido relato que un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para disminuirlos y pasaba días y días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo pequeño invadió su lugar de trabajo y decidido a ayudarlo a trabajar y el científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar, pero viendo que era imposible quitarlo de allí, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención por un largo rato.
Se encontró entonces con una revista en donde venía el mapa del mundo, ¡justo lo que necesitaba! Con unas tijeras recortó el mapa en varios trozos y junto con un rollo de cinta autoadhesiva transparente se lo entregó a su hijo diciendo: "Como sé que te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo en pedazos para que tú lo repares sin ayuda de nadie".
El científico calculó que al niño le llevaría mucho tiempo componer el mapa -que no conocía de nada-, por lo que se dispuso a volver a su tarea…
Mas no fue así. Pasado un breve tiempo, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente: "Papá, papá, ya hice todo, he conseguido terminarlo".
El padre no dio crédito a las palabras del niño. Pensó que se habría aburrido y que querría entrar a jugar. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño, pero para su sorpresa, el mapa estaba completo y perfectamente ensamblado.
"¿Cómo había sido capaz si no conocía nada del mundo ?", se preguntó el padre. El niño, respondió feliz: "Papá, yo no sé cómo es el mundo, pero al otro lado del mapa del mundo estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí conozco bien. Y entonces, cuando conseguí arreglar al hombre, también había logrado 'arreglar' el mundo."
Exigimos responsabilidades (que las tienen) a instituciones de carácter estatal, municipal, comarcal, etc. Pero... ¿Cuál es nuestra responsabilidad ante la crisis? ¿Qué podemos hacer? ¿Cuáles son las acciones que deberíamos intentar? ¿Es la crisis un fuerte nivelador de la conciencia global?
A ver, como el tierno relato precedente, ¿nos hemos 'arreglado' nosotros mismos para luego ver lo mismo manifestarse en el mundo? ¿Qué valores imperan hoy en nuestra vida que sobrepasan todo mecanismo de control para llevarnos a este estado actual de cosas?
Sí, la crisis es global porque la carencia de algunos valores esenciales han sido reemplazados por una realidad que parece no premiar, entre otras, la cultura del trabajo, el esfuerzo bien entendido, la permanente innovación y el espíritu competitivo, ése que sólo cuenta con el talento de sus optimistas emprendedores.
Muchos sentimos que estamos ante el umbral de un inmenso cambio en la humanidad. Para algunos, atemorizante, para otros, intrigante, pero para todos, absolutamente desconocido. Entonces... ¿Cómo nos posicionamos de modo individual ante esta 'nueva era' que parece vislumbrarse?
Creo, sin temor a equivocarme, que debemos sostener todos los valores fundamentales que hicieron grandes a aquellos países que, envueltos en grandes guerras y consecuentes desastres, se sobrepusieron con incansables dosis de trabajo y dignidad. Preguntádle a vuestros abuelos, ellos os dirán, de seguro, qué era lo realmente importante, qué valores presidían su cotidianeidad y cuánto de lo que ahora percibimos como indispensable en nuestras vidas, no lo es.
No es tiempo de sermones, pues cada cual sabe íntimamente qué mundo querría para sus hijos y/o para sí mismo y desde allí, realizar su propio análisis. Cabe aquí la reflexión de Ghandi: "Sé el cambio que deseas ver en el mundo".
Es decir, pon en acción esos valores que te sostienen y te permiten confiar en una vida mejor. Tanto y tan poco.