lunes, 21 de septiembre de 2009

García de la Concha: Gran sabio

19 Septiembre 2009, 10:30 PM
Calles y avenidas

En octubre de 1925 fue cuando García de la Concha “se empinó sobre el meridiano intelectual de América” al publicar en la revista “X” “El Error sublime de Einstein”

Escrito por: ÁNGELA PEÑA

(a.pena@hoy.com.do)

Es el insuperable sabio dominicano que trascendió al mundo cuando impulsó al científico Albert Einstein a enmendar su famosa Teoría de la Relatividad.

Osvaldo García de la Concha, quien apenas ha recibido el tardío homenaje de una calle con su nombre, era en los años 20 del pasado siglo el aclamado orgullo de la República. El 15 de noviembre de 1929 se leyó por radio, desde el salón de actos de la Universidad de Santo Domingo, su “Mensaje” a Alberto Einstein, donde el consagrado apóstol de la enseñanza le declaraba 15 puntos fundamentales contrarios a su hipótesis.

Después, el filósofo Andrés Avelino, su alumno favorito y continuador lógico, publicó un artículo titulado: “El espacio de Einstein y el espacio de García de la Concha, triunfo de la ciencia dominicana. Einstein declara que está tratando de llegar a lo que ha llegado García de la Concha. El genio dominicano supera al genio alemán”.

Del catedrático que asumió la responsabilidad de impartir sin remuneración 11 materias se escribía: “García de la Concha ha venido rectificando y corrigiendo públicamente a Einstein, y éste –porque ha tenido que ir destruyendo todas sus relatividades premiadas sin comprenderlas por las academias de Europa- cada vez que ha rectificado lo ha hecho siempre en el mismo sentido señalado por el matemático dominicano, cosa que puede ser natural, puesto que Einstein, para llegar a la verdadera concepción de la mecánica relativista, tiene necesariamente que concluir, como concluye, en lo que respecta al coeficiente elíptico, en los fundamentos matemáticos y filosóficos con que culmina “La Cósmica” en toda su magnífica trascendencia”.

“La Cósmica” es el ejemplar escrito en 1910 por el sabio criollo, en el que expone su “Nueva teoría de la relatividad formal e intrínseca, fundada en el origen espiritual de la materia o en el tiempo como el factor cósmico por excelencia”.

Pero en octubre de 1925 fue cuando García de la Concha “se empinó sobre el meridiano intelectual de América” al publicar en la revista “X” “El Error sublime de Einstein”, uno de cuyos párrafos expresa: “...La teoría relativista, en medio de toda su grandiosidad, no pasa de ser un error sublime, que la piedra angular que la sostiene en toda su arquitectura (la construcción de la materia) no la resiste. Es absurdo imaginar el acontecimiento de la materia para explicarnos un hecho cosmológico sin haber penetrado en la esencia misma del fenómeno, sin haberlo estudiado en todas las circunstancias posibles, y muy especialmente, en toda la existencia del medio en que se produce”.

Avelino anotó al pie: “Este diálogo que el catedrático de matemáticas de nuestra Universidad nos brinda en los labios divinos del hombre ultraterrestre, no es sino una magistral manera de presentar, vulgarizándolo, un concepto del principio de relatividad de Einstein...”

Rafael D. Santana S. fue quien más dio a conocer a este “aporte de la raza nueva que conquistó la gloria” en el “Altorrelieve biográfico” que dio a la luz un año después de fallecido el ilustre erudito que en su retiro del barrio San Miguel, silencioso, humilde, sin bibliotecas ni equipos, pasó más de 15 años tratando de resolver “el problema planteado y discutido por los más grandes pensadores filosóficos de la humanidad”.

“Siguió paso a paso la concepción aristotélica, a quien hace honor en su obra, y la pitagórica, estudió a fondo la eterna discusión del éter inmóvil; profundizó la teoría de Maxuel y las experiencias de Hertz; se interesó hondamente en los trabajos teóricos de Fitzgerald y de Lorentz, pulsó a Riemman. Gauss, Minkouski, Eddington; dominó las conclusiones de Newton, Michelson y Morley; conoció el esquema de todas las geografías concebidas y se entregó a la tarea de su obra para demostrarle a la ciencia que el último caballero del pensamiento, Albert Einstein, estaba en un error”, explicó Santana.

Despreciado

Pese a su descubrimiento grandioso fue traicionado, humillado, atacado, cuando publicó el “Manifiesto pro-autonomía escolar y universitaria”, planteando que la injerencia política en el desarrollo educativo de los pueblos era una inmoralidad, y que sin la independencia de la escuela dominicana no se podía llegar nunca a la cultura positiva de la masa, sino al robo intelectual por influencias oficiales.

Fue destituido como director de la Escuela Normal no sólo por el Manifiesto sino porque no se arrodilló ante Horacio Vásquez que lo mandó a buscar para amonestarlo y contestó cada argumento del mandatario expresándole que era la primera vez que a la mansión presidencial había entrado un hombre de vergüenza.

La cancelación produjo una protesta estudiantil sin precedentes. Se rebeló la prensa, todo el país protestó contra la injusticia, pero los mismos maestros que le apoyaron hicieron creer al Presidente que se trataba de un brote revolucionario. No lo repusieron. García se entregó a ultimar “La Cósmica con serenidad que fascinaba”.

“Humilde, abstracto y excéntrico como un Mahatma” perdonó “a la humanidad equivocada por la cual se ofreció en el holocausto de una cicuta que no tomó de un solo sorbo, como Sócrates, sino gota a gota, en suprema resignación que lo iluminaba en los últimos días de su vida”.

Sus detractores perduran

Aún algunos biógrafos destacan inexistentes cualidades negativas. René de Lepervanche manifestó en la nota luctuosa: “Ahora lloramos su muerte... ¡Cuán tarde! Pero con cuán manifiesta indiferencia no se le veía cuando paseaba con la cabeza baja, el paso lento y el rostro acabado por las grandes decepciones que había recibido de los que consideraba parte de su ser”.

“La Cósmica” y “Pedagogía Metódica” son sus obras. Queda su lápida como atractivo turístico en el cementerio de la avenida Independencia, presentando sus concepciones y fórmulas.

Del olvido hacia el Maestro escribió Rafael Santana: “Os saluda desde su tumba dominicana como otro gran soldado desconocido, muerto en el campo de batalla del amor, del dolor y de la ciencia”.

Fue después de 1965 cuando se designó con su nombre la antigua calle “23” de Villa Juana. Comienza en la avenida San Martín y muere en la Américo Lugo.


Demasiado humilde

Nació el 21 de febrero de 1878, hijo de Augusto García Tejera y María Luisa de la Concha. El papá lo inició temprano en el trabajo y fue a los 24 años cuando ingresó a la escuela. Se hizo bachiller en cinco años y, siete meses después, obtuvo la licenciatura en matemáticas en la Universidad de Santo Domingo. El 4 de febrero de 1908 fue nombrado profesor de la Escuela Normal Superior, de la que fue luego director por más de 18 años. En la Universidad de Santo Domingo estuvo 15.

Se le describe modesto como un tibetano, sencillo como un hindú, de un amor evangélico. Un ser de luz. Casó con Leonor Fajardo Blanco, de Ponce, madre de sus cuatro hijos. Tras su deceso se hizo colecta para construirles una casa.

Murió en la extrema pobreza, “mártir de la ciencia”, el 23 de octubre de 1930.

Isabel Bathory, la condesa sangrienta

Artículo copiado de Muyinteresante.com

Martes, 28 de Julio de 2009
Etiquetas: historia, biografía, bathory, curiosidades

Su nombre auténtico era Erzsébet (Isabel, en castellano) Báthory, pero la historia la conoce como La Condesa Sangrienta, por su afición a secuestrar y torturar a muchachas de los alrededores, cuya sangre se bebía para conservar la eterna juventud. Al menos eso testificaron quienes siguieron el proceso contra ella en unos tiempos convulsos.

Isabel nació en 1560 en Byrbathor, una ciudad de la región de Transilvania, en la Hungría profunda, “el país más salvaje de la Europa feudal”, según la escritora francesa Valentine Penrose, autora del libro La Condesa Sangrienta. Un país salvaje y, como casi siempre en su historia, dividido, con una parte ocupada por los turcos y la otra en manos de los Habsburgo austriacos. Isabel pertenecía a una de las familias más adineradas y poderosas del país. Era sobrina de Istvan Báthory, príncipe de Transilvania y rey de Polonia entre 1575 y 1686. Pasó su infancia en el castillo de los Ecsed, la rama más extravagante de los Báthory, repleta, como consecuencia de los matrimonios consanguíneos, de locos y tarados. Se dice que a los cuatro años Isabel sufrió ataques de epilepsia o algún otro trastorno neurológico, pero remitieron pronto y no parecen tener relación con su comportamiento posterior. Fue educada con esmero, algo inusual para su tiempo, cuando muchos nobles ni siquiera sabían leer y escribir. Pero Isabel hablaba húngaro, latín y alemán, y además era guapa. Todo un partido… en apariencia.

A los 15 años fue obligada a casarse con el conde Ferenc Nadasdy, que tenía 26 y se pasaba la vida batallando contra los otomanos. Tuvieron tres hijas y un hijo y vivieron en el castillo Ecsed con la madre de Ferenc, su odiada suegra Úrsula. Una primera muestra de la crueldad de Isabel aparece en la correspondencia que sostuvo con su marido ausente, en la que ambos intercambian ideas sobre las técnicas más apropiadas para castigar a los criados. El caso es que la condesa administró el castillo con mano de hierro y brutales palizas a las sirvientas, a las que golpeaba con un pesado mazo o les pinchaba con agujas debajo de las uñas, por citar algunas de sus diversiones predilectas. Por otro lado, a Isabel le atraían sexualmente las mujeres, pero sus prácticas sádicas, siempre con golpes y sangre, asustaban a las incautas que se prestaban inicialmente a sus requerimientos.

La muerte de Ferenc en 1604 fue el punto de inflexión definitivo en la espiral de violencia de Isabel, que al verse viuda dio rienda suelta a toda su psicopatía. De entrada echó del castillo a su suegra y al resto de parientes de su marido, y con la ayuda de su cómplice Darvulia, una supuesta bruja de la región, montó un siniestro laboratorio –más bien cámara de suplicios– en los sótanos del castillo y se dedicó a las prácticas de magia negra. Entre los aparatos de tortura que supuestamente guardaba en las mazmorras había un autómata llamado La Virgen de Hierro, una dama metálica con un mecanismo que clavaba puñales, además de diversos atizadores enrojecidos al fuego, ganchos y todo lo que la imaginación pueda concebir en estos casos. La razón de esta sinrazón es que Isabel quería mantenerse bella y joven para siempre –tenía 44 años, que en aquella época era casi la tercera edad–, y la fuente para obtener la eterna juventud era la sangre de las chicas a las que torturaba. Bebía su sangre, se daba baños de sangre, arrancaba su carne mientras sus sirvientas las sujetaban y cometía actos tan atroces que resultan casi imposibles de creer.

Durante un tiempo se mantuvo impune porque elegía a sus víctimas entre las siervas y campesinas, a quienes en esa época aún feudal un noble podía tratar como un objeto, pero tras la muerte de Darvulia Isabel se olvidó de las precauciones y empezó a raptar también a jóvenes de buena familia. Los rumores llegaron pronto a la corte, donde la Báthory no contaba con muchas simpatías, y el rey Matyas ordenó investigar el caso al conde Thurzo, un primo de Isabel enemistado con ella. Thurzo y sus soldados entraron en el castillo sin encontrar resistencia y allí estaban a la vista, según dijeron, los cuerpos desangrados, los instrumentos de tortura, el horror.

En el juicio, Isabel se negó a declarar, acogiéndose a sus privilegios nobiliarios. Condenada a cadena perpetua, tapiaron su habitación y allí vivió emparedada durante casi cuatro años, medio muerta de hambre y de frío, alimentándose de la escasa comida que le hacían llegar por una ínfima ventanita. Nunca mostró arrepentimiento ni llegó a entender por qué la condenaron. Murió el 21 de agosto de 1614, al anochecer, “abandonada de todos”, según un cronista de la época.

Anticonceptivos contra el cambio climático

Por BBC Mundo, BBC Mundo, Actualizado: 18/09/2009

La reducción de las tasas de natalidad en países en desarrollo disminuiría la presión sobre el medio ambiente, según expertos.

"Anticonceptivos"
Si se logra reducir las tasas de natalidad en los países en desarrollo, donde muchas mujeres siguen teniendo embarazos no deseados, se podrá reducir la presión sobre el medio ambiente y ayudar a combatir el calentamiento global.

Esa es la tesis que plantea en un editorial la revista médica The Lancet, que pide solucionar la demanda de 200 millones de mujeres en todo el mundo que, dice, desean anticonceptivos y no los tienen.

Según la publicación, a causa de esta "demanda insatisfecha" cada año ocurren 76 millones de embarazos no deseados.

Y este crecimiento demográfico está ejerciendo una excesiva presión en el medio ambiente.

"Es probable que los países en el mundo en desarrollo -los menos responsables del aumento de emisiones- experimenten el mayor impacto del cambio climático -dice la publicación- y las mujeres deberán soportar la carga más grande".

"Junto con otros factores, el rápido crecimiento de la población en estas regiones aumenta el grado de vulnerabilidad a las consecuencias del cambio climático".

"Por ejemplo, la escasez de agua y alimentos, la degradación del medio ambiente y el desplazamiento humano", agrega.

Interés

Según la publicación, cada vez está surgiendo más interés sobre el vínculo entre la dinámica de la población, la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y el cambio climático.

The Lancet se refiere a la reciente Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en Berlín, Alemania, donde, dice, hubo mucho interés en las discusiones sobre cómo los organismos de salud sexual y reproductiva están tratando de responder a la crisis del medio ambiente que ahora "sigue de cerca el panorama de la salud de la mujer".

A pesar de que en varias conferencias internacionales se ha establecido un consenso sobre la necesidad del acceso de los individuos a la educación universal y a los cuidados de salud reproductiva y sexual como la mejor ruta para llegar al desarrollo sostenible, sigue habiendo una "deplorable falta de inversión financiera y voluntad política" en este respecto.

Un estudio de los 40 Programas de Acción Nacional para la Adaptación (NAPAs, por sus siglas en inglés) firmado por los países menos desarrollados de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, mostró que 37 de estos países establecen un vínculo entre el crecimiento de la población y el cambio climático.

"Pero sólo seis de ellos identificaron a la planificación familiar como parte de sus estrategias de adaptación", dice el editorial.

"Esto sucede quizás porque el tema de la planificación familiar forma parte de la responsabilidad de los ministerios de salud y no de los del medio ambiente, que son los responsables de los documentos de NAPA", expresa.

Respuesta de salud

The Lancet cree que en los esfuerzos globales de adaptación para combatir el cambio climático está faltando una respuesta relacionada a la salud, la cual, dice, "podría ofrecer una valiosa y necesaria contribución".

Menciona el ejemplo de un caso en Etiopía, donde se entrenó a individuos en prácticas sostenibles de manejo de tierra a la vez que se incrementó la disponibilidad de métodos de planificación familiar.

"Embarazo"

El programa resultó en una inmediata mejora en el medio ambiente con el cambio en las prácticas agrícolas, que a largo plazo serán sostenibles y no se verán erosionadas por un rápido aumento de la población, dice la publicación.

También cita el caso de un informe económico publicado en el Reino Unido que encontró que la planificación familiar es cinco veces más barata que las tecnologías "verdes" convencionales para combatir el cambio climático.

El informe "Pocos Emisores, Menores Emisiones, Menos Costos", de la organización Optimum Population Trust (Fondo para la Población Óptima), encontró que por cada US$7que se gasten en planificación familiar básica durante las próximas cuatro décadas se podría reducir en más de una tonelada las emisiones de dióxido de carbono.

"Quizás es momento de que la comunidad encargada de la salud reproductiva y sexual utilice la agenda del cambio climático para tomar la delantera que se merece el tema de la salud de la mujer", expresa The Lancet.

Y la editorial concluye que la próxima cumbre de la ONU sobre cambio climático que se realizará en diciembre será una buena oportunidad para enfocar la atención en la salud de la mujer.

Y la única forma de lograrlo, dice, será "cuestionando la arquitectura global del cambio climático y su enfoque en la tecnología, y cambiando la discusión hacia un enfoque basado en un aspecto más humano".

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