viernes, 19 de junio de 2009

Todos los animales son homosexuales

(Nota de la editora: Texto copiado de BBC Ciencia.)


Al parecer es un fenómeno universal en todos los grupos del reino animal: desde los humildes gusanos y las moscas hasta las aves y delfines, todos los animales muestran tendencias homosexuales, según una nueva investigación.

Se sabía que los pinguinos tienen conductas homosexuales.


Estudios en el pasado han revelado que los chimpancés, los pingüinos y las moscas de la fruta muestran ciertas conductas homosexuales. Pero ahora la nueva investigación llevada a cabo en Estados Unidos afirma que este es un fenómeno común en todas las especies.
Para el estudio, publicado en Trends in Ecology & Evolution (Tendencias en Ecología y Evolución), los científicos de la Universidad de California llevaron a cabo una revisión de las investigaciones publicadas que se habían centrado en la conducta sexual de los animales.
Y encontraron que aunque es un fenómeno común, el tipo de comportamiento puede variar entre las especies.
"Todos, desde los mamíferos, las aves, los anfibios, los insectos y hasta los arácnidos, son grupos animales en los cuales se ha visto algún tipo de conducta sexual entre el mismo sexo" dijo a la BBC el doctor Nathan Bailey, el biólogo evolutivo que dirigió la investigación.
"Sin embargo, la conducta homosexual de las moscas de la fruta es sumamente diferente de la conducta homosexual de los chimpancés y los delfines", agrega.
Según el investigador, en las moscas de la fruta, por ejemplo, el macho corteja y copula con otro macho porque carece de un gen que le permite discriminar entre los sexos.
Pero en los chimpances o los delfines la función de la conducta sexual entre el mismo sexo es totalmente diferente.
"En estos animales -dice el investigador- el comportamiento sexual entre el mismo sexo les facilita la interacción de grupo.
"Y se da también en el caso en otros grupos animales en los que la conducta homosexual no tiene ninguna función específica".
"Los estudios con macacos japoneses, por ejemplo, no se ha logrado encontrar una buena explicación de porqué estos animales muestran conductas sexuales entre el mismo sexo".


Mecanismo evolutivo


La conducta homosexual, explican los científicos, puede incluir tanto el cortejo y el apareamiento como la crianza. Y son comportamientos que pudieron haber surgido como mecanismos de evolución a través de generaciones sucesivas.

No se sabe cuáles son las consecuencias evolutivas de las conductas homosexuales.
Pero también puede darse el caso de animales que muestran tendencias homosexuales simplemente porque se confunde a un sexo con el otro.
"Esto quizás es lo que ocurre con los insectos" dice Nathan Bailey.
"En los casos en los que los estudios no han logrado encontrar una función adaptativa de la conducta homosexual, como por ejemplo que sirva para mejorar la capacidad reproductiva o la supervivencia de la especie, se cree que la conducta homosexual es resultado de la confusión para diferenciar entre los sexos".
"Esto es lo que ocurre con las moscas de la fruta, que por falta de capacidad discriminatoria los machos aparean con otros machos sin saberlo", dice el investigador.
Los delfines, sin embargo, utilizan la conducta homosexual para establecer lazos y formar alianzas con otros machos.


Consecuencias evolutivas


En las últimas dos décadas, dicen los investigadores, ha habido muchos estudios que se centran en los mecanismos que conducen a que los animales muestren conductas sexuales entre el mismo sexo.
Sin embargo, hasta ahora se sabe muy poco sobre cuáles son las consecuencias evolutivas de estas conductas.
"Igual que ocurre con otras tendencias que no conducen directamente a la reproducción, como la agresión o el altruismo, la conducta homosexual puede tener consecuencias evolutivas que hasta ahora estamos comenzando a entender" dice Nathan Bailey.
Tampoco se sabe hasta qué punto estas conductas sexuales entre el mismo sexo tienen componentes genéticos o están más influenciadas por el medio ambiente.
"El conocimiento de esta información nos ayudaría a entender mejor cómo evolucionan las conductas y si estas conductas son comunes en todos los ejemplares de una especie pero sólo algunos son capaces de expresarlas", agrega el científico.
Los investigadores planean ahora estudiar cuáles son las consecuencias evolutivas de estos comportamientos.

¿Más cerca del orangután que del chimpancé?

(Nota de la editora: Texto copiado de la más reciente edición digital de la revista "Muy interesante".)

Jueves, 18 de Junio de 2009
Etiquetas: antropología, primates, orangután

Científicos de la Universidad de Pittsburgh y del Museo de Ciencia de Buffalo han encontrado evidencias de que, evolutivamente hablando, los humanos estamos más cerca de los orangutanes que de los chimpancés.Analizando los rasgos físicos de los primates vivos y de los fósiles de nuestros ancestros, el antropólogo Jeffrey H. Schwartz y sus colegas han llegado a la conclusión de que humanos y orangutanes pertenecen a un grupo separado de los chimpancés y los gorilas. En concreto, tras analizar casi un centenar de características fisiológicas han demostrado que el Homo sapiens comparte 28 rasgos únicos con los orangutanes (Pongo pygmaeus), y sólo 2 con los chimpancés y 7 con los gorilas. Además, el orangután también tiene muchos rasgos comunes con los Australopithecus, ancestro del hombre moderno. Según concluye Schwartz en el último número de la revista Journal of Biogeography, los análisis morfológicos apuntan a que existió un ancestro común de humanos y orangutanes, diferente del ancestro africano de gorilas y chimpancés. Y postula que hace aproximadamente 12 millones de años éste migró de África a Asia (de donde es originario el orangután), cruzando los bosques que entonces se extendían por toda Europa.

Aparentemente los nuevos datos contradicen los análisis genéticos, que muestran grandes similitudes entre el genoma del ser humano y el del chimpancé. “No hay ninguna justificación para hacer prevalecer el ADN sobre los datos morfológicos; sin embargo la relación entre humanos y chimpancés, deducida a partir de los datos moleculares, ha sido aceptada sin reservas hasta ahora”, reflexiona a partir del estudio Malte Ebach, investigador del Instituto Internacional para la Exploración de las Especies de Arizona. Y añade que es importante para la ciencia “cuestionarse” estos parentescos a la vista de las nuevas evidencias morfológicas.